viernes, 21 de mayo de 2010

Nastia o el movimiento de las flores

A veces después de un tiempo, cuando el amor desaparece, solo queda la historia de una sonrisa infinita y de un sueño vacío atrapado en las telas del tiempo, inmóvil y eterno, como si estuviese esperando que el tiempo retroceda para que lo lleve como presente.

El amor nos da la vida y también la muerte, puede ser tan fuerte que movería montañas, y formaría vacíos tan hondos como los menos imaginados. Pero lo que aprendí con muchas palabras y muchos silencios, es a decir, Adiós. Nunca quise decir “Adiós” a la mujer a quien hubiese dado mi vida y mi futuro, a quien entregué mi pasado y mi presente. Nunca quise decirle esa palabra, me daba mucho miedo. Pero descubrí mientras caminaba, que en realidad no la amaba como la amé alguna vez, que por una extraña razón el sentimiento había terminado, que a pesar de lo que quería todo había dado un giro enorme. En realidad todo había cambiado. Pensé muchas horas sobre esto, a lo que llamamos amor, y pensé inevitablemente, ¿cómo termina el amor? Quizás termina silenciosamente con el tiempo sin avisarnos. Pero debo confesar que esto me aterroriza, me espanta sencillamente, esto de que el amor termina. Es horrible, que la persona a quien amaste y a la que entregaste todo de ti, se quede con el significado de una amistad bella en el recuerdo.

Ahora me encuentro solo, pero no estoy triste, es solo el recuerdo que me entristece. Me siento como una estrella lejana, que a pesar que me ven en constelaciones, sigo estando sola y alejada en algún espacio del universo. Cómo estarás Nastia me pregunto en silencio. Cómo has estado en este que hemos estado alejados. No tengo palabras para preguntarte, solo tengo silencios vacíos para compartir contigo, como un idioma entre ambos.

Tú y yo sabemos que te has suicidado en el mar, pero nuestros familiares creen que te ahogaste por las corrientes marinas. Nastia, tú fuiste el movimiento de las flores, pero también fuiste la mujer a quien amé con locura. Nastia, nunca perdonaré que te hayas matado en el lugar que más me gusta. Sabías que si te matabas en el mar nunca me olvidaría de ti y por eso lo hiciste. Pero sabes, ya me había olvidado de ti en el campo de mi interior, y ahora recuerdo tu muerte en este campo de lo exterior.

No sé si me amaste demasiado o lo hiciste mal, pero tus actos Nastia fueron egoístas. Nosotros los hombres, somos extraños, podemos guardar nobleza y perversión, solidaridad y egoísmo, podemos guardar todo en un solo lugar. Nastia tú te mataste con nuestro hijo en tu vientre y escribiste en mis ojos las palabras más crueles. Yo ya no te amaba es cierto; pero si hubiese sabido que esperabas un hijo nuestro, yo amaría a este pequeño infinitamente.

Nastia te amo recuérdalo siempre, y en tu mirada descansa el movimiento de las flores. Con mis manos junto a las tuyas unimos nuestras historias y caminamos juntos mucho tiempo. Pero algo estaba pasando; no me sentía libre, y sobre todo no me sentía conmigo mismo. No me dejes por favor, te dije en silencio y en palabras en muchas ocasiones, cuando terminabas conmigo.

Nastia, me amaste con más fuerza que nadie en esta tierra y pusiste en mi todos tus sueños y tus esperanzas. Me protegiste con tus brazos del mundo y de mi mismo. Pero de pronto las cosas cambiaron y el tiempo siguió su rumbó sin nosotros. Sabes, me dio mucha pena que el amor que sentía por ti, simplemente desapareciera. No sé que mato nuestro amor o que mata nuestros sentimientos. Pero sé que todo comenzó cuando yo no me encontraba a mi mismo. No sé si era que siempre querías tenerme junto a ti, y no es que no me gustase, solo que sentía que me alejaba de otras cosas que me gustaba hacer. Nastia, la lluvia cae en gotas y cuando dura mucho tiempo, inunda las tierras más fuertes.

Sabes, recuerdo muchas etapas de nuestro romance cuando iniciábamos nuestra historia. Recuerdo que éramos felices durmiendo en las playas desiertas bajo la luz de las pocas estrellas que se veían en otoño. Recuerdo que escribí nuestra historia en una novela y que a pesar de las muchas carencias literarias, me parecía el mejor texto que había creado en mi vida. Un que nunca lo había terminado, siempre esperaba un final feliz y eterno, un termino profundo… ahora que releo esta novela, me parece pobre y triste, y descubro en los pasajes cierta tendencia de realizar lo que tu pensabas.

Sabes, no me mataré por ti ni por nadie, la peor muerte es la que pasamos estando vivos. Pero Nastia olvidaste esas cosas que me hacían sonreír, olvidaste que mi sueño era ir de lugar en lugar, predicando con el arte la revolución, olvidaste mi móvil para vivir.

Estimada Nastia, se que nacerás de nuevo y tengo el presentimiento que lo harás siendo el secreto que tu nombre encierra. Sabes, aún no olvido tu nombre y los momentos que pasamos juntos, tengo 75 años, y a pesar de mis tres matrimonios fracasados o extraviados, aun recuerdo tu sonrisa y el sonido del océano.

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