viernes, 21 de mayo de 2010

El buscador de Historias

Busco historias para vivir. Esa es mi verdad, busco vidas donde por fin ser feliz, donde contemplar mi suerte y morir. Busco historias sin importar mi condición, busco realidades para alejarme de esta verdad que me atormenta.

Yo no soy escritor por vocación o porque encuentro en esto de la creación algo de felicidad, soy escritor por mera necesidad. Todos queremos vivir, yo quiero vivir, y yo debo escribir y leer. Cuando leo me vuelvo el personaje que deseo y por fin mi vida se vuelve vida. Yo no puedo estar sin leer porque al efectuar este ejercicio me olvido que vivo, me olvido que soy alguien, y simplemente me vuelvo un mero observador de una historia, me vuelvo una especie de dios, y es entonces que dejo de existir, por fin, dejo de existir, y el mundo desaparece en mi mente, y entonces olvido lo que me atormenta.

Leo sobre todo novelas, leo en las mañanas, en las tardes, en las noches, y en las madrugadas cuando no puedo dormir. Leo todo el tiempo, y cuando mis ojos ya no pueden más, escribo, escribo sin parar, escribo mil historias, escribo sobre lo que viví algunas veces. Ustedes no saben, qué es vivir así. Ustedes, los que leen por amor o placer no saben lo que es vivir así. Ustedes no saben lo que es morir siendo Grenoville, ser devorado por las personas, ser un genio y un loco. Ustedes no saben que es morir. No entienden lo que es no poder vivir. Es extraño, pero es verdad, yo siento lo que leo, me duele cuando matan al personaje central, porque ese personaje soy yo. Soy yo el triste Harry Haler, soy yo el pedro Paramo, soy yo chococo, soy yo por Dios. Me duele, y no puedo evitarlo.

A veces pienso ir al psiquiatra pero lo dejo para después, porque creo que mi lectura es más importante que un momento de engaño lógico y hasta científico. Ustedes que se dicen lectores ayúdenme, miren, estoy cansado de morir. Estoy cansado de ser un personaje inventado, y si no lo soy, y si ahora me vuelve a pasar cuando sucedió esto, lo de la niebla, todos me reconocían como Juan Perez, hey, y si esto vuelve a pasar. Claro, esto, esto de las ruinas circulares de Borges, esto lo de niebla de Hunamuno. Claro, entonces, nosotros los personajes somos los que damos vida a ustedes y les damos el papel de escritores o lectores. Es lógico, nosotros creamos un mundo, nosotros escribimos a ustedes, pero de otro modo, a nuestra lógica, a nuestra manera. Increíble, escribir a través de un escritor, escribir por fin, crear mundos a nuestro antojo.

A quien deseo engañar, que deseo hacer creer, esta es una historia repetida, esta es cuento ya contado. Solo sé que necesito escribir, y necesito leer, necesito dejar de ser yo, y ser feliz a través de algún personaje. Necesito ser feliz. Por favor. Necesito ser feliz. Quiero ser feliz. Por favor. Por favor. Necesito historias para vivir. No me dejen solo.

Quién eres tú. Acaso estás solo, y porque necesitas historias para vivir? Que absurda tu posición. Mira mejor el horizonte, el mundo está recién por venir. Cual es tu nombre?

No lo sé, no sé quien soy yo, hasta donde recuerdo estudiaba letras en la universidad, solo recuerdo eso, no sé nada más.

Eres extraño amigo, no recuerdas nada más, dime que recuerdos tienes de niñez, dime los nombre de tus padres la menos.

No lo sé señor, no sé quién soy. Pero díganme quién es usted.

Yo no existo no ves, yo estoy en tu mente, pero espera no pienses tonterías, no soy escritor. Solo soy quine soy, nada más, nada menos. Sabes, he visto como llorabas de dolor cuando eras uno de esos personajes de las novelas que lees, por eso vine, a calmar un poco ese dolor, a ayudarte un poco a salir de este laberinto.

Esta bien gracias. No necesito saber nada más de usted.

Como lo escribí a inicio de este relato, solo escribo para vivir. Bueno al fin, el sueño me vence, es hora de dormir.

Esperen lo dos, aún no es hora de nada. Miren el mar, piérdanse un momento en su infinita energía. Espera tú también lector. No es hora de terminar, es hora solo de una pausa. Nos volveremos encontrar, en otro libro, en otro lugar.

Esperen, yo solo quiero escribir y dormir, y ustedes voces, váyanse de una vez, y tú lector también.

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