viernes, 21 de mayo de 2010

EL RABÍ ENMANUEL( MATEO 1 23-24 )

“ Feliz es el que lee en voz alta, y los que
oyen, las palabras de la profecía y que
observan las cosas que se han escrito en ella
; por que el tiempo señalado está cerca “.
(Apocalipsis 1:3 )

Era una noche fría. Él durmió con el miedo de todas las noches juntas…

*

Y los doce salieron a buscar a Dios en el desierto, y a los hombres que se refugiaron producto de la guerra y el hambre. Cuatro bombas bastaron para destruir tres cuartas partes del mundo y para que la mayoría del resto se refugie en el sur de África, la nueva Belén, por ser la única zona no bombardeada.

Eran doce, como los meses del año. Eran los doce discípulos del diurno maestro, Jesús de Nazaret. La gente se preguntaba si estaban ya en el Apocalipsis y quién de los doce era Judas. Ellos no podían hablar, aparecieron de un lugar que nadie sabía, realizando milagros en nombre de Dios, en nombre del origen sin principio. Todos estaban en una ciudad inmensa que no parecía de esa época, ya que tenía la apariencia de la Edad Media. Antes que los doce salieran a buscar a Dios en la tierra de Satán, predicaron su palabra al nuevo mundo.

Entre los doce había uno en particular que destacaba, El Salvo le decían, por ayunar demasiado y dar su alimento a hombres necesitados. Realizaba muchos milagros y hasta no dormía con tal de ir a otros lugares de la nueva Belén a ayudar a todos los que le sea posible. Algunos le decían Pedro, otros Mateo; nadie conocía su nombre.

La nueva belén, era un lugar desolado. La gente vestía con lo que podía y la reserva de alimento se estaba acabando. La tierra completa era estéril.

Después de la muerte de la materia, el espíritu sale a otra dimensión en donde vaga en sentido desconocido. Vaga alrededor de la energía ubicua, Dios. Él salvo, era consiente de esto y este tiempo; aun que no existan.

De entre los doce eligieron a cinco para recibir la gran llegada, como los cinco anteriores querubines (contando al ungido), y uno de ellos era el salvo, el más bello de los doce. El camino no era físico, era espiritual. Las peregrinaciones iban a la materia, empero; quien decía que era verdad. Algunos sostienen que somos un mero sueño de Dios, que no existimos; Aunque sus antagonistas sostienen que nosotros lo creamos a él y por ende, él nos creó. El desierto era extraño, el olor de las bombas aun intoxicaban las mentes de los doce.

En una montaña se detuvieron y aún no hablaban… El silencio y el olor a nada sentencio el sueño. Un niño de piel negra salió de pronto, era natural de ese continente; pero sus ojos eran celestes y hermosos.

Aquel niño de túnica roja gritó: -Soy Pandora y el ave verde del regalo divino, del padre el tiempo-. Y desapareció.

Ellos siguieron el desierto, subieron una montaña por cuarenta días y cuarenta noches, sin comer o beber. Nadie supo nunca de que se hablo con Dios allá arriba, nadie lo imaginaba.

Volvieron a la nueva Belén, casi muertos y con Jesús. Todos gozaron de alegría que gran parte de la energía haya venido: En la entrada, del cielo bajaron seis serafines y gritaron: -¡señor! ¡señor! ¡señor! Y desaparecieron entre las nubes y entre la mala visión de las gentes por los rayos del sol.

- El espíritu siempre estuvo con ustedes- Dijo Jesús

De entre la multitud conglomeradas un hombre se levantó y gritó: ¿Tú quien eres? ¿Dios o Jesús (JUAN 10 30- 31 “yo y el padre somos uno “) o el espíritu santo? O quizás, el arcángel san miguel ( En Judas 9 esta escrito que el arcángel es Miguel, y solo hay uno, mientras en Tesalonicenses 4:16 vv (1977) se aclara que el mandato del Mesías se dará con voz de arcángel. Seria ilógico pensar que la voz de mando dé Jesús lo dé alguien inferior a él. Entonces se deduce que Jesús es Miguel) . ¿Has vuelto para derrotar al tercero en el poder?(REVELACIÓN 11: 7 )
Los milagros en esa época eran comunes y a nadie le impresiono que aquel hombre desapareciera. ¡ EL DIABLO ¡ Gritaban. Todos hablaban idiomas diferentes; pero Por alguna extraña razón el código se entendía.

La trinidad parecía desnuda ante las preguntas de la nada, el silencio dio su ultimo gemido. La celebración era extraña, los doce no podían hablar y el diurno maestro parecía humano.

En esa época antes de la catástrofe nuclear los hombres en su mayoría, llegaron a la conclusión que solo hay un Dios que nunca morirá y que siempre estuvo allí, el tiempo.

Los antiguos griegos consideraron al tiempo padre de Zeus, que a la vez era padre de todos los dioses, ya que el tiempo siempre estuvo allí y hasta ahora no ha cambiado. La mitología griega era una parábola de la filosofía. La griega nos explica que el tiempo (neptuno) devoraba a sus hijos cuando nacían. Se puede inferir que los verdaderos gobernantes nunca fueron conocidos: el principio.

Jesús de Nazaret cerró los ojos y la gente decía: -Está viendo Jerusalén-. Pero sólo veía cuerpos humanos en estado de putrefacción. Había tantos cuerpos regados en la tierra que parecía un cielo y estos, su azulado. Jesús estiró la mano y pronunció despacio: - Nietzsche mi padre no es la nada, estabas equivocado-. El cielo se vistió de naranja y una lluvia secaba la amargura de todos los hombres. El Salvo fue a las orillas del atlántico ( donde los hombres fueron tan sabios que creyeron haber superado a Dios, y por eso murieron, menos uno, quien hizo el plano de las pirámides de Egipto…) y pronunció sus primeras palabras: - Ellos no merecen el paraíso (la energía), no tenemos derecho al cielo. Es el proceso en que la energía se fusiona con la energía nuclear y total, Dios (Ec 12 7), el tiempo. Jesús (¿el primogénito de la razón o la materia?) Era extraño, la celebración lo había puesto triste y se preguntaba cuál es el origen de su verbo, se maquillo de sustantivo siendo solo la acción y la fe del hombre.

Los hombres de la nueva Belén esperaban que Jesús haga algo, un milagro, para saber que era hijo de la energía, el núcleo.-No ver para creer, creer para ver. Solo pronunciaba.

Las gentes desilusionadas gritaban insultos al heredero que nunca llegaría al trono. Los doce no podían hablar.

Se habían reunido todos con Jesús, para rendir cuentas de sus pecados y desde el medio de la plaza un grupo de sacerdotes salieron de pronto y se dirigieron a él. La gente se estaba amontonando. Estos hombres sacaron sus capuchas de sus grandes sotanas marrones y preguntaron quién fue...

Todos los sacerdotes se acercaron más, estallaban en lagrimas. Uno de ellos sacó un cuchillo y lo lanzó hacía Jesús de Nazaret…
-¡Nooooooo¡
La navaja se dirigía al pecho de Jesús, se dirigía formando una circunferencia de fuego en movimiento acompañado del grito repetido de los sacerdotes.

El Salvo cogió con su mano la navaja mientras se teñía de rojo, él siempre estaba al costado de Jesús. La muchedumbre gritaba su nombre – ¡Salvo¡ ¡Salvo¡ ¡Salvo¡ El corte fue muy profundo, se desangraba rápidamente, los rostros de los once restantes quedaron sorprendidos.

Un sacerdote gritó llorando: ¡noooo! La historia no puede repetirse, por qué lo has hecho tú, el más hermoso de los doce.
- Gracias judas. Le habló Jesús
-La primera vez te lo pedí para salvar el mundo y el perdón de los pecados.
-Fue dios, yo no lo hice- Respondió.
El salvo cogió del mango el cuchillo y lo insertó en el pecho del Mesías, la sangre de él con la suya se mezclaron, se unieron en un pacto de amor ( en un sacrificio del que dona su existencia para salvar la de los hombres)

-Te amo- Dijo el salvo
-Yo también- Respondió el Nazareno mientras agonizaba
- ¿Y el quinto querubín ( el diablo o el ungido)?, Qué será de él.
- Tú vas con él. Pronunció Jesús.

Todos se quedaron sorprendidos, y el salvo se dirigió al sacerdote que había lanzado la cuchilla, éste estaba llorando de rodillas en el suelo. Todos los hombres que presenciaron la muerte de Jesús formaron un círculo alrededor del salvo y el sacerdote, El Salvo se acercó al oído de éste hombre y le dijo muy despacio: -Gracias por todo y disculpa que te haya retenido.- El sacerdote respondió mirando al cielo: - Esta bien señor. De nuevo cometió fratricidio.

- ¡ Guuuuuuua ¡
-María, él es el salvador.
-Si José, es el hijo de Dios, el Mesías….

*

Y el sacerdote se levanto de su pesadilla. Despertó de sus sueños terribles, sus manos sudaban, la noche parecía con vida, miro su crucifijo y dijo muy despacio: Yo sé que vendrá…( JUAN 14:19 -“ un poco más y el mundo ya no me contemplará “)

Apareció un hombre de pronto, y se paró frente al sacerdote. -Lárgate en nombre del todo poderoso... -Dijo el clérigo asustando mientras se cubría con su manto
-Lamentablemente no puedo. Interrumpió -Nosotros nos sacrificamos por ustedes -Habló el aparecido.

-Atribuyeron mi traición a muchas cosas: Que era una forma de forzar al hijo a declarar su divinidad y de este modo comenzar la rebelión y la destrucción de Roma. Pero no; Dios pudo salvar al mundo siendo Alejandro o Pitágoras o hasta el mismo Jesús, sin embargo lo hizo siendo Judas Iscariote, es decir: yo.

-Nosotros cumplimos una función importante en este sistema, ( El bien y el mal ) compartimos un secreto que nos hace actuar de este modo- Decía calmadamente Judas.

El sacerdote lloraba de miedo, temblaba hasta sus pupilas; pero el rostro de aquel hombre era frágil y su presencia cálida. Miró su lámpara y luego al hombre y se dio cuenta que no tenía sombra. Miraba aterrado mientras escuchaba todo lo que decía.

-¡MENTIRA! Ustedes ambicionan el poder. Gritó el sacerdote mientras rezaba el rosario en su mente.
-¿Hermano, para qué? Ahora es tu turno de cumplir este rol tan importante, al igual que nosotros.
-¡NOOOOOOO...! Nunca lo aré. Yo amo a Dios, mi señor- Grito el sacerdote.
-Por esa misma razón actuarás como nosotros. Respondió.
Judas se acercó a la cama y le dijo al oído las palabras más secretas del universo... El sacerdote abrió los ojos tan grandes que explotó en llanto sobre el hombro de Judas -No lo puedo matar ( pensó en voz alta el sacerdote), mientras temblaba. Mis dudas ahora han sido respondidas- Pronunciaba en vos baja.- ¿Dios, es cierto? Preguntó. Su cruz cayó al piso y el sonido respondió al hombre y ambos desaparecieron con la noche.
Días después anunciaron la desaparición de un sacerdote del convento de México, uno de los postulantes a recibir la bendición del Papa.
En una localidad de España, lo hallaron meses después realizando ritos paganos y brujería, en un estado mental deplorable que lo llevo a la locura.

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