Dentro de los filósofos de la zona era el más destacado. Hablaba de una ciudad perdida en momentos de insomnio y paramnesia, lo definía como la ciudad de los muertos.
No recuerdo el nombre de dicho anciano, solo les quedó a los pobladores ponerlo en la historia con el nombre de la secta prohibida en una leyenda para ellos, y para el resto que no puede comprenderlo.
Para entender su mundo, el terreno inconsciente es el adecuado. Toda su vida la pasó buscando la respuesta de la muerte, por el cual pasa el alma al laberinto del azar en el espacio. Él no podía ser eterno, y su muerte era anunciada por su edad, y anunciada por sus discípulos con la pena de perder a su guía. El anciano meditó incansablemente sobre la muerte y como se fusionaría con él para pertenecer etéreo al universo.
Pasó muchos años pensando en tal misterio, su muerte aún no llegaba para sorpresa y alegría de sus discípulos. Las peregrinaciones a los desiertos y la vida ascética de ellos renovó el alma del anciano, que se entregó al estudio de la ciudad de los muertos por completo. Algunas noches hablaba dormido pero sus discípulos no podían entender lo que decía, solo pensaban que estaba hablando con los muertos. La filosofía de ellos era muy concreta,: aclaraban que los espíritus de toda clase de seres después de morir en materia va a un mundo que no es real, la inconciencia o la abstracción, y que la manera de comunicarse con ellos es la ilógica subconciencia, en un mundo en que nuestros sentidos nos son inútiles al igual que los sentidos de ellos en nuestra naturaleza.
Un día despertó de repente y comenzó a llorar, era extraño ya que él nunca lloraba. Tal vez era porque se acercaba su muerte, nadie sabía. Algunos sostenían que el secreto se le había revelado, el secreto de la verdadera realidad de todo; pero ya no hablaba, y solo actuaba como un esquizofrénico y no dormía.
Días antes de su muerte desarrolló la teoría del espacio; pero no le había puesto nombre: “La velocidad conjugada con el tiempo se vuelve vano en un espacio que no es espacio como el cosmos. Un espacio que es la interacción de la luz que en un cambio produce el sonido y esta, la vida. La vida no desaparece sino se transforma en sonido y en luz y encuentra cabida en espacios vanos, en una parte que es todo y a la vez infinita...”
A la persistencia de sus discípulos, que fueron seleccionados de todas partes de las tierras que pertenecían a estás sabiduría. El anciano les comentó después de superar ese pequeño trauma de saber la realidad. -Hijos míos, la noticia que tengo que darles es negativa y positiva, pero esto que hoy les comento no deben decírselo a nadie, ni explicárselo como hoy les voy a explicar. Porque lo harían sumamente infeliz, después de mi muerte deseo que todos se dispersen por el mundo y olviden lo aprendido sobre la realidad y la irrealidad, pues hijos tienen que vivir, desde ahora su única filosofía es la de ser feliz, busquen la felicidad y protéjanla de todo, de los hombres , de los dioses y de ustedes mismos..
-La noticia que les voy a dar es que no existe vida después de esta vida.
Cuando sus discípulos le preguntaron por la ciudad de los muertos, él respondió: al principio la vida se origina en otras cinco dimensiones que aún desconocemos y después de morir en esas realidades, venimos a la ciudad de los muertos, hijos míos está es la ciudad delos muertos y este es mundo que hemos creado antes de morir. Cada uno a hecho su propio mundo y desconozco que si ustedes pertenecen al mío o yo a alguno de ustedes, o nosotros a alguien que no conocemos.
Nadie hablaría después de ésta secta, solo quedan historias vagas sobre si todos se fueron juntos a un mismo lugar o si todos se suicidaron. Ahora sólo habita una leyenda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario